La CNMC y la IA: Herramientas Innovadoras Contra el Fraude en Contratación Pública

15 de enero de 2025

La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando numerosos sectores, y la contratación pública no es la excepción. En este ámbito, su impacto es transformador, ofreciendo soluciones que mejoran la eficiencia, reducen errores y fomentan entornos más competitivos y transparentes. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha convertido en un referente en la adopción de tecnologías avanzadas, liderando la lucha contra el fraude y la corrupción en procesos de licitación.

La relevancia de la contratación pública es enorme: representa un porcentaje significativo del gasto público y afecta directamente la calidad de los servicios que las administraciones ofrecen a los ciudadanos. En este contexto, la CNMC ha asumido un rol proactivo, desarrollando e implementando herramientas basadas en IA para supervisar y proteger los procesos de contratación. Estas herramientas permiten identificar irregularidades con una rapidez y precisión que antes resultaba imposible.

Beneficios de la IA en la Contratación Pública

La aplicación de la Inteligencia Artificial en los procesos de contratación pública ofrece ventajas clave que impactan tanto en la gestión administrativa como en los resultados de los procesos licitatorios. Estas son las principales:

  • Automatización de tareas repetitivas: La IA simplifica y agiliza procesos administrativos como la revisión de documentación, validación de requisitos o clasificación de propuestas. Esto no solo reduce la carga de trabajo del personal, sino que también minimiza los errores humanos.
  • Análisis de grandes volúmenes de datos: Los algoritmos avanzados de IA pueden procesar datos históricos y actuales de licitaciones, identificando patrones que alerten sobre riesgos de colusión o fraude.
  • Facilitación del acceso a oportunidades: Herramientas basadas en IA personalizan la información para que las empresas puedan encontrar licitaciones alineadas con su actividad de manera más eficiente.
  • Evaluación objetiva de propuestas: Los sistemas inteligentes eliminan sesgos en la valoración de ofertas, garantizando que los procesos sean justos y transparentes.
  • Identificación temprana de riesgos: La IA permite detectar conductas anticompetitivas como ofertas coordinadas, rotación de contratos o reparto de mercados.
  • Asistencia en la redacción de documentos: Sistemas inteligentes pueden apoyar en la elaboración de pliegos y contratos ajustados a la normativa vigente, reduciendo inconsistencias.

Estos beneficios no solo optimizan el uso de recursos públicos, sino que también fortalecen la confianza de los ciudadanos y las empresas en las instituciones.

El Proyecto BRAVA: Innovación y Liderazgo

Uno de los desarrollos más destacados de la CNMC en el ámbito de la IA es el proyecto BRAVA (Bid Rigging Algorithm for Vigilance in Antitrust). Se trata de una herramienta pionera que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar datos de contratación pública y clasificar ofertas como competitivas o potencialmente colusorias.

BRAVA se basa en datos históricos para identificar patrones sospechosos, como coincidencias recurrentes entre licitadores o variaciones inexplicables en las propuestas. Esta herramienta, desarrollada por la Unidad de Inteligencia Económica y la Subdirección de Informática de la CNMC, ha establecido un nuevo estándar en la lucha contra el fraude, siendo reconocida internacionalmente como un modelo de innovación en la administración pública.

Nueva Licitación de la CNMC: IA al Servicio de la Transparencia

En su compromiso por liderar el uso de tecnologías avanzadas, la CNMC ha lanzado recientemente una licitación para el «Desarrollo y Mantenimiento de Aplicaciones de Inteligencia Artificial e Inteligencia de Negocio» (Expediente 240559). Este proyecto, con un presupuesto de 2.167.000 € y un plazo de ejecución de 24 meses, busca consolidar el uso de herramientas de IA en la lucha contra las siguientes prácticas fraudulentas:

  • Reparto de mercado entre empresas licitadoras. Este tipo de práctica ocurre cuando varias empresas acuerdan dividirse las áreas geográficas o sectores del mercado, evitando competir entre sí en licitaciones específicas. Este reparto limita la competencia real y genera sobrecostes para las administraciones públicas, que terminan adjudicando contratos a precios inflados.
  • Rotación preacordada de contratos. En este caso, las empresas participantes en las licitaciones pactan turnarse como ganadoras. Esto se logra mediante la presentación de ofertas no competitivas por parte de los demás participantes, asegurando que una empresa específica obtenga el contrato en cada ocasión. La rotación de contratos reduce la posibilidad de seleccionar la mejor oferta disponible.
  • Presentación de ofertas de cobertura. Las ofertas de cobertura se presentan de forma deliberada para dar la apariencia de competencia en un proceso de licitación, cuando en realidad las empresas han acordado previamente quién será el adjudicatario. Estas ofertas suelen ser artificialmente altas o carecen de elementos clave, asegurando que no sean seleccionadas.
  • Falta de participación deliberada de competidores. En este caso, ciertas empresas deciden no participar en una licitación para favorecer a un competidor específico. Esta estrategia reduce la competencia y aumenta las probabilidades de que el contrato sea adjudicado a una empresa designada previamente.
  • Creación injustificada de Uniones Temporales de Empresas (UTEs)
    Aunque las UTEs son una herramienta legal y útil para que varias empresas colaboren en proyectos complejos, su creación puede ser utilizada como una estrategia para concentrar la oferta y eliminar competidores. En estos casos, las UTEs se forman sin una justificación técnica real, con el único objetivo de reducir la competencia.
  • Subcontratación no transparente. La falta de transparencia en la subcontratación puede dar lugar a prácticas irregulares, como la designación de subcontratistas previamente acordados o el incumplimiento de las condiciones contractuales originales. Esto perjudica la calidad de los servicios y puede derivar en sobrecostes injustificados.
  • Reparto discrecional de lotes. En las licitaciones que dividen un contrato en varios lotes, algunas empresas pueden llegar a acuerdos para repartirse los lotes entre ellas, evitando competir por la totalidad del contrato. Este tipo de colusión disminuye la eficiencia del proceso y puede incrementar los costos finales para la administración.

Este proyecto busca fortalecer la transparencia y la integridad en los procesos de contratación pública, reafirmando el compromiso de la CNMC con la mejora continua.

Señales Claves al Mercado

La reciente licitación de la CNMC envía mensajes claros y contundentes al mercado:

  • Confianza en la IA: Herramientas como BRAVA han demostrado ser significativamente más efectivas que los enfoques tradicionales, consolidándose como un recurso indispensable para la detección de irregularidades.
  • Externalización estratégica: Ante las limitaciones tecnológicas y salariales de la administración pública, la CNMC apuesta por la colaboración con expertos externos para diseñar y gestionar estas soluciones avanzadas.

Desafíos y Oportunidades

Aunque la implementación de IA en la contratación pública ofrece innumerables beneficios, también presenta retos importantes que deben ser abordados:

  • Evolución tecnológica: La IA es un campo en constante cambio, lo que exige actualizaciones regulares y una inversión continua en I+D.
  • Escasez de talento especializado: Las administraciones deben competir con el sector privado para atraer y retener a profesionales con experiencia en IA.
  • Capacitación interna: Es fundamental formar al personal administrativo en el uso de estas herramientas para maximizar su efectividad.
  • Cumplimiento normativo: La adopción de IA debe alinearse con las leyes de contratación, protección de datos y transparencia.

Superar estos desafíos requiere una colaboración estrecha entre las administraciones públicas, el sector privado y los expertos tecnológicos.

Conclusión

La CNMC está marcando un antes y un después en la contratación pública mediante el uso de herramientas de Inteligencia Artificial. Su enfoque visionario y la integración de tecnologías punteras han demostrado ser clave para garantizar procesos más justos, eficientes y transparentes.

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