Criterio Subjetivo en Contratación Pública, significado y buenas prácticas

3 de diciembre de 2024

La contratación pública es un proceso clave para garantizar la eficiencia en la gestión de recursos públicos. Dentro de este marco, los criterios de adjudicación determinan la forma en que se valoran y comparan las propuestas presentadas por los licitadores. Entre estos criterios, el criterio subjetivo ocupa un lugar destacado al permitir la evaluación de elementos cualitativos que no pueden ser medidos numéricamente.

Desde valorar la creatividad de una campaña publicitaria hasta analizar la sostenibilidad de un diseño arquitectónico, los criterios subjetivos aportan flexibilidad y adaptabilidad en procesos que van más allá del precio. No obstante, su aplicación requiere un manejo riguroso para evitar riesgos como la falta de transparencia o arbitrariedad.

A continuación vamos a profundizar sobre qué son los criterios subjetivos, cómo se aplican, algunos ejemplos prácticos en diferentes sectores, y las mejores estrategias para implementarlos correctamente.

¿Qué es el criterio subjetivo en contratación pública?

El criterio subjetivo es un método de evaluación basado en el juicio cualitativo de un evaluador o comité. A diferencia de los criterios objetivos, que se fundamentan en parámetros cuantificables como el precio o el plazo de entrega, los criterios subjetivos permiten valorar aspectos intangibles que influyen en el éxito de un contrato.

Elementos clave del criterio subjetivo:

  • Calidad técnica: Valoración de la propuesta desde una perspectiva técnica o especializada.
  • Innovación: Creatividad o singularidad que aporta valor añadido al contrato.
  • Impacto social o medioambiental: Cómo contribuye la propuesta a objetivos sostenibles o sociales.
  • Experiencia del equipo: Revisión cualitativa de la trayectoria y capacidades del equipo proponente.

Diferencias entre criterios objetivos y subjetivos

Los criterios subjetivos en las licitaciones públicas se diferencian fundamentalmente de los criterios objetivos en su metodología de evaluación y aplicación.

Mientras que los criterios objetivos se basan en fórmulas matemáticas o aspectos cuantificables de manera automática (como el precio, plazos de entrega o características técnicas medibles), los criterios subjetivos requieren un juicio de valor por parte del evaluador y no pueden reducirse a una simple fórmula.

Por ejemplo, cuando se evalúa la calidad técnica de una propuesta, la metodología de trabajo o la innovación en las soluciones presentadas, estamos ante criterios subjetivos que necesitan ser valorados por expertos en la materia.

Esta distinción es crucial porque los criterios subjetivos, aunque necesarios para garantizar la mejor relación calidad-precio, deben estar claramente definidos en los pliegos de condiciones y su evaluación debe ser lo más transparente y motivada posible para asegurar los principios de igualdad y no discriminación en la contratación pública.

Ejemplos prácticos detallados de criterios subjetivos

Diseño arquitectónico: Innovación y sostenibilidad.

En un concurso público para diseñar un edificio administrativo, los criterios subjetivos pueden incluir:

  • Sostenibilidad del diseño: Uso de materiales reciclados y eficiencia energética.
  • Funcionalidad del espacio: Cómo se adapta el diseño a las necesidades operativas de los usuarios.
  • Estética y integración en el entorno: Valorar la armonía del diseño con el paisaje urbano.

Caso práctico concreto:

En una licitación para un centro cultural, el proyecto ganador destacó por ofrecer un diseño que maximizaba la luz natural, reduciendo el consumo energético en un 30%. El jurado justificó la puntuación otorgada en base a un informe técnico detallado.

Contratos de servicios creativos: Impacto visual y originalidad.

Para una campaña de publicidad, los criterios subjetivos suelen centrarse en:

  • Impacto visual: Originalidad del diseño gráfico y coherencia con los objetivos de la campaña.
  • Innovación en la estrategia: Propuestas creativas que incluyan medios digitales o narrativas disruptivas.

Caso práctico:

En una licitación para promocionar el turismo rural, la propuesta ganadora utilizó tecnología de realidad aumentada para ofrecer experiencias virtuales de los destinos.

Consultorías técnicas: Experiencia y calidad del equipo.

En contratos relacionados con asesoría, los criterios subjetivos permiten evaluar:

  • Trayectoria del equipo: Experiencia en proyectos similares.
  • Calidad técnica de la propuesta: Soluciones innovadoras adaptadas a las necesidades del cliente.
  • Grado de personalización: Cómo la propuesta se adapta a los requisitos específicos del pliego.

Ventajas y desventajas de los criterios subjetivos

Ventajas:

  • Promueve la calidad y la innovación: Alienta a los licitadores a presentar propuestas de alto valor añadido.
  • Mayor flexibilidad: Permite evaluar contratos complejos donde los números no son suficientes.
  • Adapta las decisiones a necesidades específicas: Ideal para contratos técnicos, creativos o estratégicos.

Desventajas:

  • Mayor riesgo de impugnaciones: Si no se justifican adecuadamente las decisiones.
  • Requiere evaluadores expertos: Lo que puede incrementar los costes administrativos.
  • Dificultades en la transparencia: Si los pliegos no especifican claramente los criterios.

Marco legal y límites de los criterios subjetivos

La Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público establece un marco regulatorio claro para el uso de criterios subjetivos en las licitaciones públicas. 

Esta regulación no es arbitraria, sino que responde a la necesidad de equilibrar dos aspectos fundamentales: la objetividad en la contratación pública y la valoración de aspectos cualitativos esenciales. Además, la ley establece requisitos adicionales cuando los criterios subjetivos superan el 50% del total, exigiendo la constitución de un comité de expertos independiente del órgano proponente.

El marco legal también exige que estos criterios cumplan con principios fundamentales:

  • Vinculación directa con el objeto del contrato.
  • Formulación clara y comprensible.
  • Respeto a los principios de igualdad y no discriminación.
  • Garantía de libre competencia.
  • Proporcionalidad en su aplicación.

Buenas prácticas en la redacción y evaluación de criterios subjetivos

La correcta implementación de los criterios subjetivos requiere seguir una serie de buenas prácticas que garanticen su eficacia y transparencia:

A) Definición de subcriterios.

  • Establecer una estructura jerárquica clara de criterios y subcriterios.
  • Asignar puntuaciones específicas a cada elemento.
  • Detallar los aspectos que se valorarán en cada subcriterio.
  • Evitar ambigüedades o interpretaciones múltiples.

B) Métodos de valoración transparentes.

  • Establecer escalas de valoración predefinidas.
  • Definir descriptores para cada nivel de cumplimiento.
  • Crear rúbricas de evaluación detalladas
  • Documentar el proceso de toma de decisiones.

C) Composición del comité evaluador.

  • Seleccionar expertos con conocimiento técnico demostrable.
  • Garantizar la independencia de los evaluadores.
  • Establecer mecanismos de consenso en las valoraciones.
  • Documentar las credenciales de los miembros del comité.

D) Elaboración de informes de valoración.

  • Justificar detalladamente cada puntuación asignada.
  • Relacionar las valoraciones con los criterios establecidos.
  • Incluir evidencias que soporten las decisiones.
  • Mantener la coherencia en todas las evaluaciones.

E) Umbrales de calidad.

  • Definir puntuaciones mínimas para aspectos críticos.
  • Establecer criterios de exclusión claros.
  • Determinar niveles mínimos de solvencia técnica.
  • Crear mecanismos de validación de la calidad.

F) Vinculación con las necesidades del contrato.

  • Alinear los criterios con los objetivos del proyecto.
  • Establecer una relación clara entre valoración y resultados esperados.
  • Adaptar los criterios a la naturaleza específica del contrato.
  • Justificar la relevancia de cada criterio para el éxito del proyecto.

Estas buenas prácticas deben implementarse desde la fase de preparación de los pliegos y mantenerse durante todo el proceso de evaluación, garantizando así la máxima objetividad posible dentro de la valoración subjetiva.

Procedimiento de evaluación de los criterios subjetivos

La evaluación de los criterios subjetivos sigue un procedimiento reglado que garantiza la transparencia y la igualdad de trato a todos los licitadores. Este proceso comienza con la apertura del sobre o archivo que contiene la documentación técnica (habitualmente denominado Sobre B), que debe realizarse en un acto separado de la apertura de las ofertas económicas y otros criterios evaluables de forma automática.

El proceso se estructura de la siguiente manera:

  • Primero se realiza la apertura pública del Sobre B que contiene la documentación técnica
  • El comité de expertos o el organismo técnico especializado realiza un estudio detallado de las propuestas, cuando sea preceptivo.
  • Se elabora un informe técnico de valoración que debe motivar y justificar las puntuaciones otorgadas
  • Las puntuaciones se hacen públicas antes de la apertura del sobre que contiene los criterios objetivos (Sobre C)
  • Solo después de esta valoración se pueden abrir y evaluar los criterios objetivos

Es especialmente relevante que la evaluación de los criterios subjetivos debe realizarse y hacerse pública antes de conocer los criterios objetivos, para evitar que el conocimiento de estos últimos pueda influir en la valoración técnica.

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